Aleje el humo de sus hijos y evite consecuencias severas
El consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo de varias enfermedades crónicas, como el cáncer, las enfermedades pulmonares y cardiovasculares. Su efecto es tan nocivo que incluso las personas que no tienen éste mal hábito están expuestas a sufrir consecuencias severas y los niños no escapan de esta realidad.
Y es que en el humo de tabaco hay más de 4000 sustancias químicas, de las cuales se sabe que al menos 250 son nocivas y más de 50 son cancerígenas.
La Organización Mundial de Salud (OMS) da cuenta que el consumo de tabaco mata a más de cinco millones de personas cada año, es decir, más que el VIH/Sida, la tuberculosis y el paludismo juntos. De continuar la tendencia actual, el consumo de tabaco podría cobrarse la vida de más de ocho millones de personas por año en 2030 y hasta mil millones en total en el siglo XXI.
«La OMS estima que El tabaquismo pasivo causa 600 000 muertes prematuras por año».
Si las cifras anteriores le resultan alarmantes, éste organismo internacional hace devastadoras revelaciones respecto a las consecuencias que tiene el humo del tabaco en la población pediátrica.
Apunta que cerca del 40% de los niños están regularmente expuestos al humo ajeno en el hogar y que el 31% de las muertes atribuibles al tabaquismo pasivo corresponde a niños.
Inhalar este humo puede provocar la muerte súbita en los lactantes y en las mujeres embarazadas es causa de insuficiencia ponderal del recién nacido, mientras que los jóvenes expuesto tienen hasta dos veces más probabilidades de comenzar a fumar que los no expuestos.
Este 31 de mayo la OMS y sus asociados celebran el Día Mundial Sin Tabaco con el fin de poner de relieve los riesgos para la salud asociados con el tabaquismo y abogar por políticas eficaces para reducir su consumo, insistiendo en que se deben ampliar los sitios libres de humo.