Un nuevo comienzo para escuchar la vida
Escuchar tu canción favorita, ver tu programa preferido en la televisión o simplemente oír a quienes amas decirte cuánto te quieren… son momentos que la mayoría damos por sentados. Pero para algunas personas, vivir estas experiencias es todo un sueño por alcanzar.
Así lo ha sido para la familia Gutiérrez, quienes a partir de este 2 de mayo comienzan una nueva etapa llena de esperanza. Su hijo, Dylan Santiago Gutiérrez, de tan solo 4 años, escuchó por primera vez en su vida.
Dylan fue diagnosticado con una pérdida auditiva neurosensorial bilateral profunda, lo que significa que no podía oír por ninguno de sus oídos. Su madre, Ana María Gutiérrez, recuerda que el diagnóstico llegó tarde, ya que no se realizó el tamizaje auditivo en el momento oportuno.
Sin embargo, hoy es un día de celebración. “Este es un día lleno de felicidad”, expresó Ana María. “Todas mis dudas, las noches sin dormir, las oraciones de mi madre y el esfuerzo del equipo del Hospital del Niño hoy me hacen sonreír con el corazón, porque sé que el futuro de mi hijo será mil veces mejor”.
La fonoaudióloga Katherine Fernández, del Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel, explicó que a Dylan se le colocó un implante coclear, un dispositivo que reemplaza la función de la cóclea dañada y lleva la información del exterior al nervio auditivo. Este dispositivo electrónico se instala en la cóclea del oído interno y, junto con un procesador externo, antena y micrófonos, permite que el niño pueda comenzar a oír y, con el tiempo, aprender a escuchar y hablar.
Fernández detalló que este proceso ocurre en etapas. Primero se enseña al niño a detectar los sonidos, luego a interpretarlos, comprenderlos e integrarlos. “Para Dylan, hoy es su día cero. Está naciendo auditivamente. A partir del encendido del implante, inicia un camino de desarrollo que tomará entre dos y tres años”, explicó.
EL SEGUNDO ENCEDIDO
Además de Dylan, otros dos pequeños pacientes, Arlene William y Sergio David Díaz, también recibieron esta intervención. En sus casos, la detección temprana permitió un abordaje más oportuno, y esta es su segunda cirugía, con el fin de activar ambos oídos.
Meybel Ramírez, madre de Sergio David, compartió que su hijo fue diagnosticado desde el nacimiento con hipoacusia profunda bilateral congénita, un diagnóstico que impactó a toda la familia. Sin embargo, nunca perdieron la esperanza. En abril de 2021 recibió su primer implante en el oído derecho, lo que transformó por completo su comportamiento. “Pasó de ser un niño retraído a uno más sociable. Fue una alegría inmensa para todos”, contó.
Este año recibió su segundo implante, para el oído izquierdo. “La felicidad es plena. Sabemos que viene una etapa de terapias y mucho trabajo, pero también muchas posibilidades para que Sergio David desarrolle su máximo potencial”.
Frente a estas historias, la especialista Katherine Fernández hizo un llamado a padres, madres y cuidadores sobre la importancia del tamizaje auditivo en recién nacidos. “Cuanto antes se detecte la pérdida auditiva y se intervenga, menores serán los efectos en el desarrollo del lenguaje y en su crecimiento integral”, enfatizó.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 5 de cada 1,000 niños nacen con algún tipo de pérdida auditiva, incluyendo sordera profunda. Se estima que unos 34 millones de niños en el mundo padecen de hipoacusia, y el 60% de estos casos son atribuibles a causas prevenibles.
Hoy, gracias al esfuerzo de sus familias y al compromiso del personal de nuestra institución, estos pequeños han comenzado a escribir una nueva historia: la de escuchar el mundo que los rodea.