Nuevo aliento de vida para pacientes con cardiopatías congénitas
Desde abril del 2017 el Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel incorporó a su cartera de servicios la colocación de stents en el conducto arterioso para aquellos niños o niñas que nacen con alguna condición cardiaca que así lo ameriten.
Aldo Campos, Cardiólogo Pediatra Intervencionista en este centro de atención manifestó que se trata de uno de los procesos más novedosos en cardiología intervencionista.
Añadió que entre los diagnósticos más frecuentes elegibles para este tipo de proceso se encuentran las atresias pulmonares sin comunicación interventricular.
También están las atresias tricuspídea combinada con una atresia pulmonar, la doble vía de salida de ventrículo derecho con estenosis pulmonar severa y las Tetralogías de Fallot y ramas no confluentes.
El especialista profundizó que la colocación del stent es una intervención paliativa, pues no es un aparato con el que niño o niña vaya a durar toda la vida.
“Lo que queremos con esto es sacar al bebé del periodo neonatal, que pueda salir de la sala neonatología, ir a su casa y hacerle seguimiento de forma ambulatoria”, comentó el Dr. Campos.
El stent generalmente debe dura un periodo de entre siete y ocho meses dentro del cuerpo del bebé para después llevarlo a una cirugía correctiva o paliativa, si proceden, y según cada caso en particular.
Esta novedosa intervención, que durante los últimos cinco años ha salvado la vida de unos 15 recién nacidos es rápida, segura y prácticamente no deja cicatrices, permite que los pacientes reciban menos medicación, pasen menos tiempo en el hospital, pero sobre todo, mejorar la condición de vida del menor y su familia.
“EL MILAGRO DE JOSUÉ”
En marzo del 2017 nació Josué Alexander Saucedo, a simple vista todo estaba bien, como se suponía debía estar, color, talla y peso adecuados; no obstante, en el mismo día se le diagnosticó una atresia pulmonar sin conexión interventricular.
Se trata de un defecto cardiaco de nacimiento, por el cual la válvula que controla el flujo de sangre desde el corazón hacia los pulmones no se forma, dificultando la circulación de la sangre y el oxígeno a todo el cuerpo.
Wendolyn Saucedo es madre de Josué y recuerda aquellos días como los más angustiosos que han vivido.
“Yo estaba nueva de todo esto no sabía ni que hacer, porque Josué vino con peso y talla excelente, hemoglobina normal todo estaba excelente, tenía una sola complicación y era que el ventrículo derecho venía pegado al izquierdo.”
Para mantenerse con vida Josué dependía de un medicamento denominado Prostin, indicado como terapia paliativa para mantener temporalmente la permeabilidad de los ductos arteriales hasta que la cirugía correctiva o paliativa pudiese ser llevada a cabo.
Resultó que para el mes de abril del 2017 hubo desabastecimiento del medicamento, lo que llevó al recién nacido a un estado de salud crítico hasta ser ingresado a cuidados intensivos.
“Ya me habían dicho que sus órganos iban a morir lentamente y fue muy duro escuchar eso, pero siempre mantuvimos la fe en Dios. Cuando mi hijo ya estaba morado y frío, apareció una Prostin y se hizo el milagro, Josué sobrevivió”, comenta Wendolyn.
Tras la escena anterior a Josué se le hizo un ecocardiograma en el que se pudo ver que aún la arteria estaba abierta, por lo que “hubo una gran alegría y todos festejamos”.
Con la arteria abierta, Josué se convirtió en el primero paciente del Hospital del Niño en recibir un implante de stent en el conducto arterioso, permitiendo que en pocos días Josué pudiese recuperarse e ir a su casa junto a su madre por primera vez desde su nacimiento.
“LAS BATALLAS DE JOSUÉ Y WONDELYN”
Lo colocación del stent fue un proceso que ayudó a que Josué se fuera a su hogar, pero para corregir totalmente el problema de fondo, el pequeño necesitaría otras tres intervenciones.
Para su segunda operación, que sería a los ocho meses de nacido, Josué y su madre tuvieron que viajar hasta la ciudad de Barcelona en España, allí le colocaron una fístula central, una especie de tubo que le ayudaba a bombear la sangre y el oxígeno por todo el cuerpo.
Posteriormente, en julio del 2018, a Josué le removieron el stent y la fístula central para someterlo al procedimiento de Glenn, un tipo de cirugía a corazón abierto, cuyo objetivo consiste en hacer que la sangre de la parte superior del cuerpo (cabeza, cuello y brazos) se dirija directamente a los pulmones, permitiendo que la sangre se oxigene sin tener que pasar por el corazón.
Finalmente en el año 2020, en medio de una pandemia, Josué y Wendolyn viajaron nuevamente para lo que sería la última operación para corregir de forma definitiva su problema.
A Josué lo llevaron nuevamente al quirófano para el procedimiento de Fontan, para ayudar a que la sangre procedente de la parte inferior del cuerpo se dirija directamente a los pulmones, oxigenando la sangre sin que tenga que pasar por el corazón.
“Hoy Josué Alexander hace una vida normal, estamos felices de verlos así con todo lo que ha pasado es satisfactorio para nosotros porque mediante la fe en Dios y con toda la ayuda de los ángeles que hay en el Hospital del Niño todo ha sido un éxito y estamos muy felices por eso”, concluyó Wendolyn.